En un final de película, Delfina se quedó con el premio mayor a pura emoción.
El miércoles por la noche en Gran Hermano fue de pura adrenalina. En la recta final por el codiciado premio de una casa, la balanza se inclinó de manera sorpresiva a favor de Delfina, la hija de Virginia, frente al extrovertido Facu Chen, amigo de Martín Ku. Contra todo pronóstico, la joven arrebató la victoria en la placa positiva determinada por el voto del público.
El ambiente era tenso cuando Santiago del Moro anunció los ajustados porcentajes: 49,8% a 50,2%. Luego de las emotivas palabras de los involucrados, llegó el momento decisivo. “¡Quien se gana la casa y el liderazgo es Delfina!”, reveló el conductor desatando la euforia. Virginia no pudo contener el llanto mientras abrazaba a su hija triunfante, quien dejó salir un grito liberador. Facu, por su lado, se fue decepcionado pero agradecido por la experiencia.
El camino no fue fácil para Delfina. Debió sortear roces con Juliana “Furia” y el durísimo desafío de las eliminaciones de amigos. Pero su espíritu luchador y el apoyo masivo del público la catapultaron al estrellato. Esta emocionante victoria se suma a una edición histórica de Gran Hermano, plagada de giros insospechados.
¿Quién se hubiera imaginado que la hija de Virginia arrebataría el gran premio de las manos del carismático Facu? El reality una vez más demuestra que los guiones están para romperse.