La falsa boda planeada por la producción de Gran Hermano enfureció al participante por considerarla una falta de respeto.
El reality de convivencia estalló en polémica cuando la producción les propuso a los cuatro finalistas organizar una boda ficticia para entretenerse. Las parejas designadas fueron Bautista-Denisse y Nicolás-Florencia, pero lo que realmente encendió la mecha fue el “matrimonio” entre Emmanuel Vich y Darío Martínez.
“¿Sabés cuántos años estuve yo para poder casarme con mi marido?”, estalló Emmanuel visiblemente enojado. El participante, perteneciente a la comunidad LGBTIQ+, interpretó la propuesta como una burla a los históricos reclamos por el matrimonio igualitario. “A mí me chupa un huevo casarme en joda porque no me lo tomo en joda. Me da soberanamente por las pelotas que Santi (del Moro) se me ría en la cara en un vivo”, sentenció indignado.
Si bien Emmanuel accedió para mantener el show, dejó en claro su malestar con la producción por tratarse de un tema sensible. Sus palabras encendieron el debate en redes sobre los límites del entretenimiento y el respeto a las luchas de las minorías.
¿Fue realmente una falta de respeto o un exceso de corrección política?