La cantante habló de las críticas hacia su cuerpo que marcaron su adolescencia
Ángela Torres confesó que sufre un desorden alimenticio desde su adolescencia. La actriz abrió su corazón y relató cómo la exposición desde muy chica influyó en su salud mental y en su relación con la comida. Esta confesión llegó durante una entrevista reciente, donde reconoció que fue “una etapa oscura” y que inició terapia para sanar. El desorden alimenticio que enfrenta se originó por las constantes críticas y la presión estética de los medios.
Durante años, Ángela soportó comentarios crueles sobre su cuerpo. En su adolescencia, escuchaba en la televisión cómo la llamaban “gordita” o “enana”. Esas palabras la marcaron. “Yo tuve mucho desorden alimenticio y mucho mambo con todo eso”, aseguró. Esa etapa la hizo dudar de quién era realmente, ya que se construyó en función de cómo otros la veían. Recién cuando inició terapia, pudo empezar a reconectarse con ella misma. Hoy intenta sanar, aceptarse y encontrar su identidad lejos de los estereotipos.
Este testimonio muestra cómo la fama y la mirada constante del público pueden afectar a una persona desde muy joven. El caso de Ángela visibiliza algo que viven muchas personas: el impacto negativo que puede tener la presión social sobre el cuerpo. Su sinceridad abre la puerta a conversaciones más profundas sobre salud mental, imagen corporal y autoestima. El desorden alimenticio, en este contexto, deja de ser solo una etiqueta y se convierte en una lucha real que merece ser escuchada.
¿Estamos preparados para dejar de opinar sobre los cuerpos ajenos?


























